viernes, 7 de octubre de 2016

La recompensa de mi sexy Sensei es una Paizuri


Sensei me dijo que si me esforzaba y mejoraba mi nota del 6 al 9 en Matemáticas, me daría la mejor Paizuri de mi vida. Creo que es verdad, sin dudas sus tetas son el manjar más exquisito para cualquier ser vivo. 
Primero entré a clase tímido, esperando que acabara de una vez, pues habíamos quedado para que me hiciese una Paizuri en su departamento personal.
Cuando por fin llegamos a su departamento, me dijo que si había alguna parte del cuerpo que quisiera probar, no lo dudé y empecé a sobarle esas enormes tetas con las que tanto había fantaseado. 
Mientras reía y yo le sobaba, empezó a acariciarme el pene, diciendo que iba a hacer que me explotasen los huevos del semen que iba a acumular en la punta antes de que dejase que me corriese. 
Yo ya no podía pensar, tanto placer me estaba volviendo loco, entonces empecé a morrearme con ella, mientras apretaba sus tetas con el ahínco propio de un perro en celo. 
Después me llevó al cielo con la mejor Paizuri de la historia, primero con sacudidas lentas y luego empezó a sacudirla como toda una experta del sexo.
No tardé en dejar ir todo lo que había acumulado por dos meses. Jamás me he corrido de esa forma otra vez, fue como un sueño hecho realidad. 


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